domingo, 22 de enero de 2012

"NUESTROS CLIENTES SON EL MEJOR TERMÓMETRO"

Fernando, preparando masa para morcillas
(Fotografía Almozara)
"Afortunadamente, incluso en grandes ciudades como Zaragoza, todavía sigue habiendo algún maestro artesano que, cada día, en su obrador, se afana en reproducir (con mejores medios, eso sí) aquellas matacías de antaño.

Fernando Arnaudas es uno de ellos.  En la carnicería Las Masadas (Ainzón, 21) no sacrifica el cochino, pero es el único paso que se salta.  "Hago de todo: la butifarra clásica, varios tipos de longaniza, chorizos, morcillas, chistorras, salchichas...". 

Para preparar el mondongo ha sustituido la vieja capoladora, el amasado a mano y la embutidora a manivela, por maquinaria moderna que hace lo mismo sin apenas esfuerzo.  Y al final, comenta, "el resultado es parecido al de las matacías de toda la vida, ese embutido que te recuerda al de antes, que no lleva aditivos, aunque eso sí, procuramos hacerlo un poco más aligerado de grasa.
 
Fernando y Maribel en su chacinería
(Fotografía Almozara)
Pero Fernando no se ha quedado en los productos más tradicionales como la morcilla de Aragón con piñones y avellanas.  Siente cariño por su profesión y le gusta innovar, leer mucho, e introducir nuevos productos como la morcilla con manzana que va a empezar a vender, o una amplia gama de embutidos cocidos con boletus, pistachos o productos trufados.  "Los clientes son el mejor termómetro, primero los prueban ellos -asegura-, y si les gustan, los ponemos a la venta".

No estaría mal que cundiera el ejemplo, que la esencia de aquellas matacías no quedase, a día de hoy, reducida a ese encuentro, jornada o fiesta gastronómica de fin de semana que tan de moda se ha puesto en muchas localidades, y que iniciativas como la de Las Masadas proliferasen más.  Los consumidores lo agradeceríamos".

Extraído del suplemento "Con mucho gusto"
de Heraldo de Aragón (21/I/2012)

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